Estaba claro que aunque el lituano capullo que me encontré en la fiesta no era Mr. Sik, sabía quién era, sabía qué le estaba buscando y quería impedirlo. Además escondía algo y era un capullo. No podía desaprovechar la oportunidad de comprarle una tarta, para aplastársela en su linda cara lituana. 


Llegó el 2 de febrero. Me arriesgué, hackeé una lista de planificadores de eventos con todos los cumpleaños en sitios de lujo el 2 de febrero. Tres de ellos tenían nombre eslavo, así que ahí me fui con mi lista a revisar uno por uno. 


Primera fiesta. Nada. 


Segunda fiesta. Nombre falso para encubrir una fiesta secreta de cumpleaños de Shakira y Piqué. Intento quedarme, pero me echa el de seguridad.


Tercera fiesta. Fiesta mafiosa rusa en la que me arrepentiré de haberme metido. Bingo.


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