11. No se puede ganar siempre



Jugamos una partida a enumerados, en la que me pegó una increible paliza. Cegada por mi instinto ganador, le reté a una revancha, pero infinite desapareció, lo que me vino muy bien para empezar a analizar las pistas escondidas en sus jugadas. Quedaba poco tiempo para la madrugada y mis documentos podían ser desaparecer para siempre si no daba antes con el hacker que los robó.

9+9+2= 20
8x9+1=73
20+3=23
73+5+4= 82
23x4+7=99
20-3=17
17x3+2=53

Tres horas de análisis me llevaron a un fondo de inversión en Suiza. Contacté a mi broker a las 11 de la noche y analizamos todo lo analizable; inversores, proyectos financiados, direcciones... ¡todo! Pero eran ya las 5 de la mañana y yo seguía sin entender nada. Infinite no aceptaba más partidas y era imposible localizarla de otro modo: intenté localizar su dirección, su email, su número en el whatsApp, su cuenta de Facebook, su Twitter, su Apalabrados, su Instagram... pero eran ya las 6 y el sol comenzaba a salir. Había llegado la madrugada y los documentos iban a ser borrados sin remedio.
 
Estaba tan cansada del viaje desde Los Ángeles que me quedé dormida a pierna suelta sin pensar en los gravísimos problemas que la falta de mis documentos conllevaría. Por la mañana, me despertó el ruido del cartero dejando las cartas por la ranura de la puerta. Entre el manojo de cartas, un flyer del Museo Británico: “Voy al British a distraerme antes del caos”, pensé.

 
Medio somnolienta, deambulando por los distintos pabellones, me llamó la atención una escultura de aspecto tribal con una cornamenta parecida a la de un ciervo y la lengua muy larga, como si se estuviera burlando de los visitantes. De reojo, casi sin querer, leí la placa que lo describía como un guardian de tumbas del area Chu al sur de China... Se me cortó la respiración de golpe, “¿Será este el burlón guardian de tumbas que tenía que encontrar?”

Me senté, respiré y desarrugué el flyer del museo aún en mis manos: “British Museum, established in 1753. Telephone  020 7323 8299,  ¡Los números correspondían exactamente con las pistas de Infinite en enumerados!"

Un sms llegó a mi móvil “Te he visto más ágil, russky. Ya casi lo tienes, si eres capaz de aprovechar con más soltura estos últimos minutos antes del amanecer. Empiezo a dudarlo. Por cierto, debo admitir que aunque estés irrisoriamente torpe, te sienta bien el amarillo, bonito vestido”. Mire el reloj, caí en que eran las 5:30 am en California, aún no había amanecido.

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10. Enumeréame
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